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viernes, 7 de julio de 2017

La superficie de los 40s
No utilices las palabras para la gente que jamás está dispuesta a responder: Utiliza el sarcasmo; alguna vez lo escuche por ahí, de alguien que lo utilizaba más que frecuentemente.
Y me lo tome sin saber muy bien lo qué quería decirme. Me ocurría mucho eso con él. Y recuerdo que nunca le preguntaba detalles porque no quería que pensara que no lo había entendido. Entonces él me miraba con esa cara de ‘sé que ahora no lo has entendido, pero lo entenderás’. Y de pronto llegaba el día en que lo entendía. Jódete y hazlo.
Y es como si con 20 años te dicen que lo mejor de tu vida está por llegar y te lo crees.
Los cuarenta años me transportan en muchas ocasiones a los veinte. Los cuarentones no dejamos de ser un montón de gente cambiando (sin querer) un montón de hábitos al mismo tiempo. Vamos, un caos en el que te acabas riendo de ti mismo la mayor parte de las veces. Vivimos como soñamos, sin saber mucho de nosotros. Como una regresión a un romanticismo rabioso, pero desde el que ya hemos conocido el aburrimiento, el colesterol y el echar de menos a alguien de verdad. Dejas de preguntarte para tener que dejar de responderte. Utilizas un poquito más y mejor el sarcasmo. De pronto, te descubres con cierta tendencia a buscar la felicidad.
Y a veces, con poquito de suerte, también la encuentras. 

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